A medida que el mes de septiembre se
acerca, todas las miradas se centran en el pleno de la Cámara de Diputados,
donde se llevará a cabo una ardiente discusión en torno a la propuesta de reducción
de jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Un tema que ha desatado un arduo
debate entre diversos actores clave, desde empresarios y legisladores hasta
trabajadores.
Esta propuesta, que busca un
equilibrio entre las necesidades personales y profesionales de los empleados,
se encuentra en una encrucijada determinante. En los primeros compases de 2023,
el coordinador de la cámara baja, Ignacio Mier, se comprometió a encabezar esta
discusión histórica, ya que las leyes laborales mexicanas no han sufrido
modificaciones de esta magnitud desde 1917. Sin embargo, existe un requisito
para que la propuesta avance: el cumplimiento estricto de esta iniciativa.
La aprobación de esta propuesta no solo depende de la Cámara de
Diputados, sino que también exige un apoyo crucial de al menos 17 congresos
locales para su promulgación. De no cumplirse este requisito, la propuesta
legislativa se vería amenazada con su cancelación y desvanecimiento.
¿Qué podría frenar reducción a 40
horas laborales en México?
El corazón de la discusión radica en
una reforma al Artículo 123, fracción cuarta, para instaurar una
limitación de la jornada laboral en 40 horas semanales. En caso de exceder
este límite, los empleadores se verían obligados a remunerar las horas extras
trabajadas. La idea central es proporcionar a los empleados un tiempo adecuado
para atender sus asuntos personales y cuidar su bienestar físico y mental.
Un aspecto clave en este debate es el
largo período de tiempo que ha transcurrido sin ajustes en las horas laborales.
Durante 106 años, la semana laboral ha permanecido inalterada en México. Este
cambio no es solo una respuesta a la reciente aprobación de 12 días de
vacaciones al año, sino también una evolución necesaria para otorgar a los
trabajadores un espacio para descansar y reconectar con sus seres queridos.
Sin embargo, la propuesta enfrenta un
camino lleno de obstáculos. La resistencia de la clase empresarial es notoria,
en especial en este año de recuperación post-pandemia. Argumentan que aún se
encuentran en proceso de recuperación y no pueden hacer frente a un cambio tan
drástico. Además, la propuesta debe sortear el desafío de conseguir la aprobación
en 17 congresos locales, un proceso que puede ser arduo y lleno de desafíos.