Cuando Israel lanzó su serie de ataques contra Irán la semana pasada, también emitió una serie de advertencias terribles sobre el programa nuclear del país, sugiriendo que Irán se estaba acercando rápidamente a un punto de no retorno en su búsqueda por obtener armas nucleares y que los ataques eran necesarios para evitar ese resultado.
Pero las evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos habían llegado a una conclusión diferente: Irán no solo no estaba buscando activamente un arma nuclear, sino que además estaba a hasta tres años de poder producirla y entregarla a un objetivo de su elección, según cuatro personas familiarizadas con la evaluación.
Ahora, tras días de ataques aéreos israelíes, los funcionarios de inteligencia estadounidenses creen que, hasta el momento, Israel podría haber retrasado el programa nuclear iraní en tan solo unos meses, según una de esas personas, un funcionario estadounidense. Si bien Israel ha causado daños significativos a las instalaciones iraníes en Natanz, que albergan las centrifugadoras necesarias para enriquecer uranio, un segundo centro de enriquecimiento, fuertemente fortificado, en Fordow, se ha mantenido prácticamente intacto.
Israel no tiene la capacidad de dañar Fordow sin armas específicas de Estados Unidos ni apoyo aéreo, dicen los expertos en defensa.
“Israel puede planear sobre esas instalaciones nucleares y dejarlas inoperables, pero si realmente quiere desmantelarlas, es un ataque militar estadounidense o un acuerdo”, dijo Brett McGurk, exdiplomático de alto rango en Medio Oriente durante las administraciones de Trump y Biden.
Esto plantea un dilema clave para la administración Trump, que está luchando por evitar verse envuelta en una guerra costosa y compleja en Medio Oriente.
Aunque el presidente Donald Trump ha dejado en claro que no quiere involucrar a Estados Unidos en los esfuerzos de Israel para destruir la infraestructura nuclear de Irán, la administración reconoce que la única forma en que Israel puede eliminar el programa nuclear de Irán es con asistencia militar estadounidense, dijeron fuentes durante el fin de semana, en particular, bombas estadounidenses capaces de dañar instalaciones subterráneas y los bombarderos B-2 que las transportan.
Los sistemas de defensa aérea israelíes se activaron para interceptar misiles iraníes sobre la ciudad israelí de Tel Aviv la madrugada del 18 de junio de 2025.
Es una cuerda floja que ha generado debates entre los asesores más aislacionistas del presidente y algunos de los aliados republicanos más agresivos de Trump, así como cierta evasiva por parte del presidente.
“No estamos involucrados. Es posible que nos involucremos. Pero en este momento no estamos involucrados”, declaró Trump a ABC News el domingo por la mañana.
Trump, hablando desde la Cumbre del G7 en Canadá el lunes, instó a Israel e Irán a iniciar conversaciones “antes de que sea demasiado tarde”.
El Comando Central de Estados Unidos, responsable de las operaciones militares estadounidenses en Medio Oriente, ha transmitido un sentido de urgencia mayor que la comunidad de inteligencia civil cuando se trata de la búsqueda por parte de Irán de un arma nuclear.
En el período previo al último ataque de Israel, el Comando Central había respaldado un cronograma más severo, creyendo que Irán podría obtener un arma nuclear utilizable más rápidamente si se apresuraba hacia ese objetivo, según una fuente familiarizada con las discusiones.
En las últimas semanas, algunos líderes militares estadounidenses, incluido el jefe del Comando Central, el general Michael Kurilla, han solicitado más recursos para defender y apoyar a Israel mientras continúa intercambiando fuego con Irán, aunque no para ayudarlo a lanzar ataques ofensivos.
