MÉXICO.- El desarrollo constante de
la tecnología desde principio de los años 90 no solo ha generado
importantes avances en ámbitos como el de la ciencia o el de las
telecomunicaciones, sino que ha abierto nuevos horizontes también a nivel
social gracias, en gran medida, a la paulatina democratización en el acceso a
estos recursos.
Un ejemplo de ello lo encontramos en la inteligencia
artificial, cuya investigación comenzó con ordenadores autónomos capaces de
ganar a humanos en determinados juegos y deportes mentales, y que en la
actualidad está presente en muchos de los dispositivos que empleamos en nuestro
día a día. Precisamente esta inteligencia artificial se conforma como uno de
los pilares sobre los que se sustentan las Smart Cities o Ciudades
Inteligentes.
Por Smart City entendemos aquella ciudad que se
vale de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC)
para ofrecer a sus habitantes un hábitat más eficiente y sostenible a partir
del control de los recursos energéticos e hídricos. De esta forma, las ciudades
inteligentes incorporan en su tejido urbano, por ejemplo, sensores en las
farolas para optimizar el gasto de electricidad y controlar la calidad del
aire, paneles fotovoltaicos en la mayoría de sus construcciones, contadores
inteligentes de luz y agua o monitores digitales para una recogida de residuos
más efectiva. Se trata, pues, de aprovechar los avances tecnológicos para
construir mejores infraestructuras que den respuesta a las necesidades de los
ciudadanos, siempre desde la óptica del respeto al medio ambiente, la
sostenibilidad y la eficiencia energética.
¿Por qué es necesario el desarrollo de Smart
Cities en la actualidad? La respuesta la encontramos en el aumento de la población
y el éxodo rural. En este sentido cabe señalar que la población mundial no ha
dejado de aumentar durante las últimas décadas y que la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que para el año 2050 el
número de habitantes en el planeta rondará los 9.000 millones, de los cuales
cerca del 70% vivirán en entornos urbanos. Teniendo en cuenta que los recursos
son limitados y que las grandes urbes generan cerca del 80% de las emisiones de
GEI y consumen alrededor del 75% de la producción de energía a nivel mundial,
la necesidad de un cambio en el modelo de ciudad actual es una evidencia para
todos los gobiernos del mundo.
Es por ello por lo que desde hace años se han
impulsado iniciativas para promover la digitalización de las ciudades y el
control en el consumo de recursos. Una de las últimas en ver la luz ha sido el
“Tercer Simposio Internacional Smart City” cuya celebración se llevó a cabo
entre el 14 y el 15 de octubre de forma virtual. El evento de este año, que
contó con la colaboración de Corea del Sur y Reino Unido en la organización del
mismo, abordó la resistencia actual de las ciudades inteligentes basando sus
análisis en casos reales de Smart Cities de los dos países anteriormente
citados.
El simposio se dividió en cuatro sesiones que
fueron retransmitidas de forma pública a través de YouTube y en las que
participaron compañías especializadas en el desarrollo de los estándares de
ciudades inteligentes como Isansys Lifecare o la British Stanndards Association
(BSI). Asimismo, el evento también contó con la participación de Connected
Places Catapult (CPC), la agencia de innovación en movilidad del gobierno
británico.
En la actualidad muchas de las grandes urbes
del planeta han adaptado ya sus infraestructuras para caminar hacia una
digitalización total. Siguiendo los datos ofrecidos por el índice IESE Cities
in Motion Index (CIMI), que este 2020 alcanzó su quinta edición, la ciudad
inteligente más importante del mundo es Nueva York, que destaca sobre todas las
demás gracias a su Departamento de Protección Ambiental. Londres y París
completan el Top 3 de Smart Cities, seguidas por Tokio, Reykjavik, Singapur,
Seúl, Toronto, Hong Kong y Amsterdam.