El presidente de El Salvador, Nayib
Bukele, afirmó que fueron trasladados dos mil pandilleros más a una nueva
prisión de alta seguridad, con capacidad para 40 mil miembros de
estas estructuras criminales y, de acuerdo con el mandatario, "la más
grande de América".
El mandatario informó en su cuenta oficial de
Twitter sobre el operativo y traslado de los reos a través de un video.
Hasta antes de la publicación de Bukele, las
autoridades de Seguridad del país centroamericano no habían informado sobre el
movimiento de reos y se desconocen los detalles del traslado.
El primer traslado de se dio a finales de
febrero, en esa ocasión familiares de detenidos bajo el régimen de
excepción vigente desde finales de marzo se movilizaron a las afueras de las
prisiones.
Bukele inauguró el Cecot a finales de enero y
el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, dijo al mandatario que esta
"se constituiría en la cárcel más grande de toda América" y que
"sería imposible que salga un reo" del recinto, que tiene 23
hectáreas de construcción.
La construcción de esta prisión se dio entre
críticas de la oposición que ha señalado falta de transparencia, principalmente
por la aprobación en la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo, de
una ley que permitía saltarse los controles acostumbrados en las obras
estatales.
A comienzos de marzo, el presidente de
Colombia, Gustavo Petro, dijo que la prisión de máxima seguridad es realmente un "campo
de concentración".
Esta declaración generó una serie de
intercambio de mensajes entre Bukele y Petro en Twitter.
Amnistía Internacional (AI) expresó su
preocupación por esta nueva cárcel en El Salvador, y expresó su "profunda
preocupación", dado que "la construcción de esta nueva
prisión podría suponer la continuidad y el escalamiento de estos abusos".
De acuerdo con las cifras oficiales, bajo el
régimen de excepción, aprobado en marzo pasado tras una escalada de asesinatos,
se ha detenido a más de 65 mil personas, a las que el Gobierno acusa de ser
pandilleros y de las que se han liberado a más de tres mil 300.
Las organizaciones humanitarias salvadoreñas y
la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) han
recibido más de siete mil 900 denuncias de atropellos, la mayoría por
detenciones arbitrarias.
A pesar de los señalamientos de violaciones a
los derechos humanos en el marco del régimen de excepción y del traslado de
presos, el presidente salvadoreño cuenta con un respaldo de aprobación de la
población de un 91 por ciento, según una reciente encuesta de la Unidad de
Investigación del periódico La Prensa Gráfica.